jueves, 11 de marzo de 2010

La Tv que nos alimenta

Después del internacional? éxito de “Cosas que aprendí viendo los Simpsons” vuelve esta gran sección sin motivo aparente más que el apremiante llamado de mi editor que me exige actualizar el blog sino no me paga nada (como mi jefe), en realidad no me paga nada (como mi jefe) pero igual me exige (como mi jefe!).

  • Viendo telenovelas aprendí a afrontar desgracias en la vida. Sé que si hoy quedara ciega mañana podría ver milagrosamente en cualquier momento, o que si por un terrible accidente no sintiera las piernas, volvería a caminar sin necesidad de una larga rehabilitación para poder vengarme de mi peor enemigo. También aprendí a enfrentar la muerte porque siempre, siempre, se vuelve de ella en el momento más inesperado.
  • Aprendí que, por las dudas me convierta en una caricatura, siempre debo llevar un lápiz en mi bolsillo, porque dibujando puedo diagramar un botón que me salve la vida o cambiar el guión a mi antojo.
  • Entendí que si un asesino viene a por mí tengo que rogar que sea un maquiavélico y retorcido plan que me matará lentamente cuando se vaya y así, sin su presencia poder salvarme.
  • Que los programas de cocina NUNCA enseñan nada, porque tienen ingredientes estrambóticos, hornos increíbles y SIEMPRE un plato debajo de la mesada con todo perfecto, porque del modo que lo hacen al aire JAMAS podría salir tal resultado.

Que la televisión también educa,

solo que en el minuto a minuto esa programación pierde por afano.

2 comentarios:

Agustín Molina dijo...

Nunca lo había pensado así, pero debo decirte que tenés razón.
Y veamos alguna otra cosa que aprendimos de la tele:
Como Batman, siempre podés salvarte de una muerte horrible después de la propaganda.

Ananá dijo...

Agustín: Cierto! O... si se te pone jodida la cosa, pero está por cumplir la hora el episodio... sabés q te salvás en 10´.