sábado, 16 de mayo de 2009

El último orejón del tarro


Cuando veo la última de "El señor de los Anillos" con otra gente, siempre tengo que contener el impulso de extender mi mano, porque mi tonta persona cree que así voy a ayudar a Frodo a destruir el anillo único de poder más rápido. Me parece tan tonto q estando tan "ahí nomás" del monte del destino, se pase como 20 minutos caminando hasta él, a paso de hobbit y encima se arrepienta a último momento (perdón si no avisé q era un spoiler, aunque creo q a esta altura NADIE que quiera saber el final de la historia no la haya visto/leído) Siempre me pareció que por más cansado que estuviese en ese momento, por más que como un imbécil haya echado a Sam, el coso que lleva en el cuello le pese mucho, casi haya sido merendado por una araña gigante, no sepa cómo cuernos salir de ahí, que Gandalf con una excusa muy pobre se lavó las manos, que un tipo sin cara le clavo no sé qué en el hombro y un ojo gigante de fuego lo esté por matar; siempre es - al igual que la cera- mejor terminar todo de un tirón.

El punto es...
siempre pensé esto, pero hete aquí que el lunes tengo que rendir la última materia (no se entusiasmen, si la saco me queda la tesis), he resumido todo en una hoja ¡UNA SOLA y no 465 como uno de los libros de epistemología!, es una presentación y es de a dos ¡DE A DOS! y así y todo no me siento a estudiar sobre la fucking cultura popular en la era medieval (NOTA: nunca se anoten en tal seminario)

En momentos así... me gustaría ser una película, y que alguien del otro lado estirara la mano.

martes, 5 de mayo de 2009

Santa Analianopolis

Me considero – aunque peque de soberbia – una persona buena. Si voy caminando por la vereda y veo una hormiga con una gran carga sobre su peso, la esquivo y no la aplasto porque supongo que morir trabajando debe ser horrible. Si ando por el centro y justo una anciana cieguita espera en Colón y General Paz para cruzar, la tomo del brazo y la ayudo, aunque yo no vaya para ese lado. Si mi hermanito tiene algún ejercicio del cole complicado, aunque yo quiera ver la novela en ese momento y sepa que se va a poner insoportable cuando no entienda, lo ayudo con las ecuaciones. Si mi mejor amiga se peleó (de nuevo!) con el novio, yo la escucho, aunque jure y perjure que esta vez sea definitivo y yo sepa que no lo es. Si mi computadora tarde en cargar una página, espero pacientemente que la barrita azul se complete, aunque tenga ganas de revolearla contra la pared del fondo y saltar sobre sus restos. Si la señora de la librería Santa Elena me da 10 pesos de más, yo le hago ver que se equivocó en el vuelto, aunque esté más pobre que el Chavo. Si una señora media chicata en el supermercado me pide un consejo sobre cuál es el mejor jabón en polvo baja espuma, detengo mi changuito y le doy un discurso, aunque después me tenga que comer tres metros de caja por ser hora pico. Si un auto se para en la esquina que voy a cruzar y me pregunta por alguna calle del barrio, yo le indico, aunque no tenga la más pálida idea de dónde queda.
Si todas estas proezas me hacen buena persona… si soy buena persona… si rezo cada noche como me decía el padre Daniel, si visito a mi abuela cada día, si hago mis deberes y trato de no jorobar demasiado ¿Por qué me duele TANTO la muela?
Barba… espero una compensación cósmica ¿eh?



No cantaré "Oh mamá" pero el cielo es para todos