Hay dos situaciones en la vida en las que nunca sé cómo actuar: cuando me cantan el cumpleaños feliz, ante lo cual normalmente me auto-canto lo que ocasiona el típico comentario “qué loca, se canta a ella misma”; y cuando me dicen un piropo. Y juro con mi mano derecho sobre Harry Potter 4 que no es una entrada para hacerme ver, sino para pedir, una vez más, consejos.
Mi abuela Ana me contó alguna vez, que cuando mi papá era un niño y tenía pelo andaba por el centro y en el Paseo de las flores se lo encontró a Jardín Florido, un personaje de Córdoba famoso por sus piropos. Cuenta la anécdota que le dijo “ahí pasa la reina con su príncipe”; a mi abuela le gustó tanto que se lo contó a varias generaciones de la familia y en reiteradas ocasiones; algo que si me pasara ahora yo diría “viejo verde”. No obstante mi abuela no pensaba como yo, siguió viaje y le dedicó una sonrisa. Mi amiga Lore, por ejemplo cuando anda con la autoestima caída pasa por un par de obras, para sentirse deseada dice.
Yo nunca sé qué hacer, ¿se tiene que agarrar viaje? ¿tengo que tener los 40 hijos que me propuso ese camionero? ¿se tiene que seguir caminando con cara de “odio que hagan esto”? ¿se tiene que sentir una RE bien? ¿o esperar a ver cuál es el target de los piropeadores (tengo amigos que le silban a lo que camine por delante)? ¿se tiene que parar uno en una librería y regalarles un libro de Poemas para que cambien el repertorio? ¿se tiene que poner colorada y bajar la mirada? ¿cuál es el protocolo a seguir?
Mi amigo Ale – que se hace el latin lover – al ser interrogado vía MSN por cómo espera que una chica reaccione me dijo que con una sonrisa, simplemente eso. Ahora yo me pregunto, si ese es el sentido ¿no sería más práctico contar un chiste?